SOBRE EL PROCESO CREATIVO
por Sergio Calvo y Ignacio De Santis
por Sergio Calvo y Ignacio De Santis
“De Manuel Puig nos convocó su modo de relatar los
acercamientos y las distancias que se producen en los vínculos. Lo que se dice
y lo que no, lo que finalmente queda cuando se termina una historia de amor, y
lo que aparece cuando otra comienza. Fue
principalmente en este deseo de hablar sobre cómo se transforman las relaciones
que Puig nos otorgó una dinámica en la
construcción del relato, una forma de administrar la información en la cual el
público pudiera acercarse a los personajes sin juzgarlos, comprendiéndolos
sensiblemente. Por otra parte, nos
interesó particularmente el modo en que sus personajes ficcionalizan sus propias historias a través del mundo del cine
para evadir una realidad que los oprime. En este sentido, tomamos de Puig los vínculos,
atravesados por una época y un contexto particulares -un pueblo perdido
en la Argentina en los años cincuenta-; y luego, una estética cinematográfica que organizó toda la puesta.
Así como Puig se refugiaba en la penumbra del cine para huir de su entorno,
para los personajes de Impalpable la ficción es el horizonte donde proyectan la
realidad que les gustaría vivir.”
Manuel Puig. General Villegas 1932 - Cuernava 1990. Novelista argentino que a través de su afición por el cine y el uso paródico del habla coloquial creó una singular literatura. Fascinado por el séptimo arte, se vinculó en Bs As a las vanguardias artísticas; marchó a Italia a estudiar cine y luego a Nueva York, donde amplió su conocimiento de sus estrellas preferidas, Greta Garbo, Marlene Dietrich y Rita Hayworth.
Su infancia transcurrió en el
aislamiento de la pampa bonaerense. En 1951, una beca le permitió
estudiar en Roma cinematografía (asistió a unos cursos de C. Zavattini) y
trabajó luego en varios films como ayudante de dirección. La influencia
del cine sobre su narrativa no es sólo de orden técnico sino también
social y ambiguamente temático, configurando su mensaje, pues, al igual
que el serial radiofónico, sirve al autor como marco y modelo que
encuadran sentimentalmente la cursilería de la pequeña clase media. Dos
rasgos merecen añadirse: el original enfoque del autor, que es
implacablemente objetivo y de un humor ambiguo, y su predilección por
personajes femeninos.
La propia actriz consintió en que utilizase su nombre en la novela La traición de Rita Hayworth
(1968), que relata la iniciación amorosa de un adolescente a través de
escenas de comedia rosa de Hollywood. Se trata de una evocación de su
infancia pueblerina que resultó finalista en España del premio
Biblioteca Breve. El periódico francés Le Monde la proclamó una
de las mejores novelas del bienio 1968-1969. La estructura de la obra se
basa en la superposición de distintos recursos que ponen de manifiesto
las fantasías y alienaciones de los personajes.
Puig regresó a Buenos Aires, donde publicó Boquitas pintadas
(1969), de la que afirmó era un folletín con el cual, sin renunciar a
los experimentos estilísticos iniciados en su primera novela, intentaba
una nueva forma de literatura popular; esta obra resultó, igualmente, un
éxito de público, pero dividió la opinión de los críticos. Su tercera
novela, The Buenos Aires Affair (1973) encuentra su marco
apropiado en el género policial pero, a su vez, cada capítulo se halla
precedido por una cita cinematográfica. Fue secuestrada en Argentina y
obligó a Puig a exiliarse, primero en Brasil y después en México.
En El beso de la mujer araña,
que fue llevada al cine y adaptada al teatro, abordó los temas del
compromiso político y la homosexualidad. La obra transcurre en la
cárcel, donde un homosexual refiere casi sin cesar a un preso político
argumentos de películas clásicas con cuyas heroínas se identifica
plenamente. A continuación publicó Pubis angelical (1979), que
relata dos historias paralelas: una imaginaria, situada en los años
treinta primero en Europa y luego en Hollywood, y real la segunda,
protagonizada por una mujer enferma en una clínica.
Le siguieron Maldición eterna a quien lea estas páginas (1980), Sangre de amor correspondido (1982) y Cae la noche tropical (1988), una pieza teatral (Bajo un manto de estrellas, 1983) y dos guiones cinematográficos, La cara del villano y Recuerdo de Tijuana (ambos de 1985). Murió por falta de atención médica adecuada y dejó inconclusa su novela Humedad relativa: 95%. Su obra es uno de los experimentos mejor logrados de acercar la cultura popular a la literatura.